La mayoría de los mortales no tenemos fiestas de etiqueta una semana sí y otra también. Quizás tenemos una o dos o tres al año. Por ello, como no somos ni el Príncipe Harry ni Pierre Casiraghi ni el embajador de España en París, cuando nos invitan a un evento de estas características es normal que nos surja la eterna duda: Qué tipo de traje debemos llevar… ¿Esmoquin, chaqué o frac?

En ocasiones, la elección del modelito más adecuado tiene que ver con los gustos personales, con las modas del momento y por supuesto, todo queda absolutamente claro si en la invitación al evento se especifica el código de vestimenta. No obstante, las reglas de protocolo arrojan la luz necesaria para saber cuándo optar por cada traje.

Comenzamos por el esmoquin: Lo primero que debemos tener claro es que esta prenda debe vestirse a última hora de la tarde y de noche. Por ello en Reino Unido se la conoce como ‘dinner jacket’. Se recomienda en cenas y otros eventos nocturnos con ambiente de gala, cuando las mujeres estén invitadas a asistir con vestido largo, equivalente femenino a este traje de etiqueta.

El esmoquin se considera un traje de fiesta, más que de ceremonia. Una cena de empresa en formato banquete o cocktail o una inauguración son situaciones idóneas para optar por esta vestimenta. Otros momentos en los que podemos lucir un esmoquin son estrenos de ópera, cenas en clubs sociales, actos de recolección de fondos, etc.

Seguimos con el chaqué: Concebido en la Inglaterra del siglo XIX como atuendo para montar a caballo, en principio su uso está más indicado para eventos de mañana y hasta el atardecer. No obstante, el uso de este traje de etiqueta está muy extendido en España en bodas y otro tipo de celebraciones a cualquier hora del día.

Cuando el novio opta por el chaqué, se recomienda que los testigos también lo luzcan pero de distinto color, aunque las tendencias actuales marcadas por la sociedad están imponiendo que novio y testigos se distingan por un color diferente de los chalecos y otros complementos del chaqué.

Y terminamos con el frac: Es el traje de máxima etiqueta o gran gala, y por ello el menos habitual en eventos sociales. Entre las grandes citas en que los asistentes visten frac están la entrega de los Premios Nobel, recepciones en embajadas o visitas de jefes de estado al Vaticano. Los directores de orquesta y cantantes de ópera también lucen habitualmente esta vestimenta.

Podemos ver a los asistentes a un enlace matrimonial luciendo un frac cuando se trata de una boda de alto postín, incluidas las bodas reales, por supuesto. También en enlaces de particulares, cuando los novios quieren ser los más elegantes. Al fin y al cabo, la ocasión lo merece. Si queréis que en vuestra boda se vista de frac, en la invitación se debe precisar la etiqueta de ‘frac o gran gala’.

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